martes, 6 de abril de 2010

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viernes, 11 de diciembre de 2009

A los HÉROES de Avay

Vivan por siempre en la memoria colectiva aquellos bravos del Paraguay que prefirieron morir un día como hoy, 11 de diciembre de 1868, que ver a su patria siquiera faltada al respeto. 20.000 brasileros contre 3000 paraguayos. ¡Que vivan por siempre los bravos del Avay! ¡Gloria Eterna a los defensores del Paraguay!

El Centinela los recuerda con una placa en honor a los caídos.

sábado, 7 de febrero de 2009

Por amor a la patria..Por Javier Yubi,,Columnista del Diario Abc Color

Son personas de distintas edades y profesiones. Les une el deseo de fomentar el patriotismo y revalorizar la historia del país. Con base en sus convicciones crearon la comunidad El Centinela y ahora empiezan a desarrollar sus nobles propósitos. Hoy rinden un homenaje a los pocos excombatientes de la Guerra del Chaco (1932-1935) que siguen vivos en el Cuartel de la Victoria

Testimonio I: “Yo empecé en Carandayty, fui fusilero y no quedéherido. Tuve suerte, porque estuve en batallas sangrientas en Mandyyupecuá,en Aña Coranza. Era muy difícil; muchas veces sufrimos la falta de agua. Pero en general, no pasé demasiadasperipecias. Lo único que sufrí muchoeran las marchas muy largas, porqueyo estaba en el cuadro de Reserva;Testimonio I: “Yo empecé en Carandayty, fui fusilero y no quedéherido. Tuve suerte, porque estuve en batallas sangrientas en Mandyyupecuá,en Aña Coranza. Era muy difícil; muchas veces sufrimos la falta de agua. Pero en general, no pasé demasiadasperipecias. Lo único que sufrí muchoeran las marchas muy largas, porqueyo estaba en el cuadro de Reserva;

eso me forzaba bastante, era muy joven y débil. Caminaba mucho. Mi unidad era de Reserva y no ocupaba una posición,sino iba en refuerzos constantes”. Don Ireneo Balbuena Noguera nació en Barrero Grande (Eusebio Ayala, en la actualidad), el 17 de octubre de 1917. Estuvo en el Chaco hasta 1935. El final de la guerra lo tomó en Mandyyupecuá. Hoy, a los 91 años, no se queja de los achaques de la vida. “Vivo bien aquí. Estoybien cuidado, porque hace rato que estoy enfermo”, dice, anteponiendo su optimismo. Cobra 1.300.000 guaraníes de sueldo y un sobresueldo de 700.000 que le otorga la oficina de Acción Social de la Presidencia de la República. Y sus visitantes asiduos son su hermano, sus hijas y su nieto.Testimonio II: “Me alisté en 1932, fui al Fortín Toledo y después pasamos el río Parapití, de ahí a Charagua. Era muy sacrificado. Del río Parapití vinimosa pelear en Aliguatá. Fortín Arce se llama el lugar donde agarramos a once mil bolivianos prisioneros, en la maniobrade Campo Vía, que se dice. Después pasamos a Nanawa. Yo estuve hasta optimismo. Cobra 1.300.000 guaraníes de sueldo y un sobresueldo de 700.000 que le otorga la oficina de Acción Social de la Presidencia de la República. Y sus visitantes asiduos son su hermano, sus hijas y su nieto.Testimonio II: “Me alisté en 1932, fui al Fortín Toledo y después pasamos el río Parapití, de ahí a Charagua. Era muy sacrificado. Del río Parapití vinimosa pelear en Aliguatá. Fortín Arce se llama el lugar donde agarramos a once mil bolivianos prisioneros, en la maniobrade Campo Vía, que se dice. Después pasamos a Nanawa.

el final, pero no fui herido, solamente golpeadoen la cabeza por la onda expansiva de una bomba”. Don Víctor Ayala Vera nació en San Joaquín (Caaguazú), el 10 de marzo de 1917. Integró el cuadro de soldados del Regimiento de Infantería Nº 14 Cerro Corá y regresó al terminar la guerra con el grado de sargento primero.Conoció al general José Félix Estigarribiay lo recuerda con orgullo. “Fue el mejor jefe”, remarca con emoción. Y, evidente es, mantiene la disciplina militar.

No se queja, a pesar de ciertas privaciones.“Tenemos acá suficiente. Nos atienden bien”, afirma con una agradable sonrisa. En su cuarto tiene las comodidadesbásicas: sillas, mesa, ropero, una cocina a gas y heladera. Una radio es su elemento indispensable, porque le gustaescuchar música paraguaya desde las cuatro de la madrugada, hora en que se levanta a preparar el mate y compartir con algunos de sus camaradas.

Charlamos y nos acordamos de lo que vivimos en el Chaco, tantas cosas...”, suelta con la mirada perdida.Confiesa que no se casó, pero reconoceseis hijos residentes en Villa Hayes. “Ahora recién quiero casarme para no morir mocho”, dice y se ríe a carcajadas.Testimonio III: “Comencé a combatirdesde Boquerón y nos desplazamos hasta Charagua. Casi llegamos a Santa Cruz. Yo era piecero, manejaba ametralladoraliviana Madsen. El 25 de mayo de 1935, a las 17 horas, fui herido en el brazo,estando frente a Charagua. Ahí salí de y nos acordamos de lo que vivimos en el Chaco, tantas cosas...”, suelta con la mirada perdida.Confiesa que no se casó, pero reconoceseis hijos residentes en Villa Hayes. “Ahora recién quiero casarme para no morir mocho”, dice y se ríe a carcajadas.Testimonio III: “Comencé a combatirdesde Boquerón y nos desplazamos hasta Charagua. Casi llegamos a Santa Cruz. Yo era piecero, manejaba ametralladoraliviana Madsen. El 25 de mayo de 1935, a las 17 horas, fui herido en el brazo,estando frente a Charagua. Ahí salí de

y nos acordamos de lo que vivimos en el Chaco, tantas cosas...”, suelta con la mirada perdida.Confiesa que no se casó, pero reconoceseis hijos residentes en Villa Hayes. “Ahora recién quiero casarme para no morir mocho”, dice y se ríe a carcajadas.Testimonio III: “Comencé a combatirdesde Boquerón y nos desplazamos hasta Charagua. Casi llegamos a Santa Cruz. Yo era piecero, manejaba ametralladoraliviana Madsen. El 25 de mayo de 1935, a las 17 horas, fui herido en el brazo,estando frente a Charagua.

Y el resto del año? Es lo que se preguntanlos miembros de la comunidad El Centinela, de reciente creación. Y hoy deciden acercarse a los excombatientes con donativos de alimentos, ropas, medicamentosy música. “Llega el 12 de junioy con bombos y platillos se recuerda a los excombatientes. Pero al otro día ya vuelven a ser olvidados por el resto del año. Nosotros creemos que cualquier día es bueno para visitarlos, de modo de agradecerles lo que han hecho en defensade nuestra patria. Traemos bocaditos y una pequeña serenata para compartir con ellos. Están solos y no queremos que se sientan así”, dice Fernando Vera (23), funcionario de una compañía de segurosy alumno del cursillo de Historia. Entiende él que es beneficioso para la sociedad toda que los jóvenes se ocupen de realizar actividades sociales que les permitan amar a la patria y crecer como ciudadanos de bien. “Hacer esto me regocija,me llena de entusiasmo. Siento que todos debemos aportar nuestro granitode arena para levantar nuestro país. Y la idea es mostrar, a través de este tipo de actividades, que la juventud no solo está para fiestas y diversión, sino que estamostambién para trabajar y queremos proyectarnos a un futuro mejor”.El interés por la historia, por el patriotismoy por el bien común une a los miembrosde El Centinela, cuya formación se remonta a setiembre del 2007. A estas alturas son como 20 hombres y mujeres, de diversas edades y profesiones, los que integran la comunidad abierta a gente interesada en contribuir al desarrollo de un programa establecido de visitas a lugaresemblemáticos y ayudas a sectores relacionados con la historia del Paraguay,sin fines de lucro.“Yo me enganché al proyecto por dos cosasque me llamaron la atención: primero, que eran jóvenes los que se interesaban por fomentar el patriotismo. Y segundo, que pedían contribuciones que no sean en efectivo. Todo lo paga cada uno de su bolsillo”, revela María del Carmen Brítez, licenciada en Contabilidad. La profesionalde 47 años, dueña de un taller de costura,se involucró con El Centinela casi sin querer. “Ingresé a la pagina web para ofrecer mis trabajos. Yo confecciono remerasy tenía algunas con estampas del Mariscal López. A raíz de eso contacté con uno de los líderes que me llamó para encargar sus pedidos. A partir de ahí, hablamosy ahora estoy feliz de integrar este grupo humano que inculca el respeto a la patria, a sus héroes e incentiva a conocer nuestra historia”.Eduardo Valiente tiene 21 años, es alumnodel tercer curso de Derecho y oficia de vocero del grupo. Avisa él que no hay requisitos excluyentes para ser parte de El Centinela. “Solamente hay que tener ganas de trabajar, ganas de contribuir aelevar nuestro país. Y, por sobre todo, ganas de servir, de ayudar desinteresadamente,porque esto es absolutamente sin fines de lucro. Nadie nos paga por lo que hacemos. Es más, solventamos de nuestrosbolsillos cada una de las actividades que realizamos”.Las reuniones se convocan con un mínimode 48 horas de antelación y, al no tenerlocal propio, se llevan a cabo en casa de Valiente o algún otro compañero. Ahí se discuten los planes y se fijan las actividades.“Esta visita a los héroes de la Guerra del Chaco es parte del proyecto que dimos en llamar ‘Operativo Victoria 2009’ y está compuesto de varias fases. La primeraes la que estamos empezando hoy, en cuyo desarrollo queremos grabar en vídeo los recuerdos de nuestros beneméritos.Quizás algunos de ellos ya no estarán con nosotros el año que viene y queremos que sus testimonios de vida queden para que las futuras generacionespuedan conocerlos y valorar sus actos”, expresa William Olmedo, oficial primero de Policía.El agente del orden de 31 años señala que los paraguayos deben interesarse por conocer el país. “Nadie valora lo que no conoce. Es importante salir al interior del país, descubrir lugares para apreciar lo que existe en Paraguay. Tenemos planesde ir el 1 de Marzo a Cerro Corá, luego queremos ir a Puerto Casado, visitarel Comanchaco, lo que era la base de operaciones del Mariscal Estigarribia, que está en estos momentos abandonado.Queremos hablar con las autoridades municipales, departamentales, tomar testimonios de otros excombatientes que habitan el lugar. Nuestro gran objetivo es tener una videoteca y a través de las imágenesfomentar la historia nacional”.El espíritu nacionalista de la comunidadEl Centinela fue lo que convenció a Evelyn Giménez (31) para hacerse miembro. “El patriotismo y el servicio a los demás son valores que de criatura me inculcaron mis padres y mis abuelos, por eso me adherí al grupo. Me encantó la idea de encontrarme con personas de iguales convicciones”.Evelyn asistió años atrás a la inauguracióndel Museo Histórico de Boquerón y quedó impactada con las anécdotas, vivencias y valentía de los soldados paraguayos que lucharon en defensa del territorio nacional. “Estar en el cementerioy en las trincheras fue impresionantepara mí, me impactó y fue la chispa que encendió en mí ese amor a la patria”.Se nota. El entusiasmo y las ganas de ser ciudadanos de bien es el leivmotiv de quienes integran El Centinela.Crear conciencia“En el patriotismo, más allá de las ideologías o banderías políticas, se sustenta el ideal de nuestra unidad. Y lo que hemos asumido como mayor desafío es que la ciudadanía despierte del letargo y empiece a valorar a sus héroes o a la gente que contribuyó con el engrandecimiento de nuestro querido país”, expresa un párrafo del discurso leído por Elder Tanis, un estudiante de Ingeniería Informática, ante los escasos beneméritos que siguen vivos en el Cuartel de la Victoria. El joven, de 21 años, apela a la conciencia de los paraguayos para que cada uno aporte su grano de arena en la construcción de una sociedad mejor. “De qué sirve criticar a los gobiernos de turno por ignorar las necesidades de la gente carenciada si de nosotros mismos no parte una iniciativa como ciudadanos”.Fomentar la autogestiónPersonas de 17 a 50 años comparten los mismos ideales en el interior de la comunidad El Centinela. Sus objetivos son visitar lugares históricos, homenajear a quienes tuvieron participación en alguna gesta patriótica y fomentar la cultura paraguaya. “La autogestión es otro de los valores que queremos transmitir: porque cada ciudadano tiene la capacidad para hacer algo por su país. No hace falta que vengan a hacer algo por nosotros, siendo que nosotros mismos podemos, en nuestra comunidad, en nuestra facultad, en nuestro trabajo, ser protagonistas de un cambio positivo”, manifiesta William Olmedo.Los donativos que la comunidad El Centinela acerca a los excombatientes de la Guerra del Chaco consiste en cigarrillos, caramelos, galletitas, ropas, pañales desechables, medicamentos y artículos de aseo personal.
Javier Yubi
HERRAMIENTAS





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